Al ver esto, los discípulos se indignaron, diciendo: ¿Para qué este derroche? Mat. 26:8
Leamos
un poco la palabra de Dios para que entender la situación
Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una
mujer, con un vaso de alabastro de
perfume de gran precio, y lo derramó
sobre la cabeza de él, estando sentado a
la mesa.
Al ver esto, los
discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para
qué este desperdicio?
Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues ha hecho conmigo una buena obra.
Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.
Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la
sepultura.
De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. Mat 26:6 al 13
El
mayor problema del mundo actual y aun de la iglesia, es el desconocimiento de
el único propósito de Cristo al venir a este mundo, y es de esperarse tal
desconocimiento, ya que aun los Discípulos de Jesús después de andar 3 años con
El, no entendían que Jesús no vino como un filántropo, o un altruista, sino que
vino al mundo a morir en el lugar de nosotros, los pecadores, como está escrito:
“Porque cuando aún éramos débiles, a su
tiempo Cristo murió por los impíos Rom 5:6.
Los
discípulos se escandalizaron por tal derroche y aunque sus intensiones pudieron
ser sinceras y podamos ver en ellos un corazón interesado en los pobres y sus
necesidades, Cristo no desanimándolos en sus intenciones de ayudar a los mas desprotegidos,
les aclaro el orden de las prioridades con respecto a los pobres y su
ministerio. Y es esto lo que ciertamente Jesús aun nos enseña hoy por medio de
su evangelio.
Jesús
vino al mundo no como un filántropo, aunque nadie ha amado mas al mundo que El;
hasta el punto de dar su vida por todos, ni tampoco vino al mundo como un
Altruista aunque nunca hubo nadie que hiciera tanto bien a otros; de una manera
tan perfectamente desinteresada como El.
Jesús
no está en contra de que ayudemos a los
pobres, a los huérfanos y a las viudas, ya que El mismo amo, velo y ayudo a muchos en sus 3
años de ministerio.
Las
buenas obras no son malas en sí mismas, pero de que valdría darle de comer a
todos los pobres del mundo y de que valdría sanar a todos los enfermos de este
mundo, si al final no conocen el motivo por el cual Jesús el Cristo vino al
mundo.
Jesús
aun levanta su voz por medio de los predicadores de las buenas nuevas y pide
encarecidamente que no molestemos a esta mujer; porque esta mujer lo ungió
preparándolo para la sepultura, ya que el sudaría gotas de sangre pensando en
los horrores de la ira de Dios contenida en la copa que tendría que beber por nosotros,
Jesús tendría que sufrir de bofetadas, latigazos y aun su cuerpo seria
destrozado y clavado a un madero, pero aun en medio de todo esto y a pesar que
no había parecer en El, ni hermosura en su rostro, aun asi el olor de su piel y
el olor de su corazón era grato a Dios, Dios se complació en el sacrificio de
este cordero perfecto.
¡Oh!
que grato olor. Que olor más grato, que aroma tan agradable que Cristo Jesús
vino a este mundo a morir por los pecadores de los cuales yo soy el primero.
Oh
amado amigo, Cristo vino por ti, porque él es tu creador, y el nos conoce y
sabe que somos incapaces de abandonar el pecado por nuestras propias fuerzas,
nadie jamás ha podido cumplir un solo mandamiento de Dios de manera perfecta,
por eso, es que el debía ser ungido, ya que solo nuestro hno. Mayor podía presentarse
ante el Padre ungido con un olor fresco y agradable al Señor. Por eso no
podemos olvidar a esta mujer que lo ungió para su sepultura y próxima resurrección
siendo el primero entre muchos hermanos y asi todo aquel que crea en El será salvo.
Ojala
puedas entender que aun tu que estás leyendo esto, eres a pesar de tus buenas
obras, un pecador y necesitas arrepentirte de todos tus pecados y volverte a
Dios, te suplico por las llagas de Cristo que medites estas palabras y que
busques a Cristo. Amen…